
Al llegar a casa probaron el amplificador, y no funcionaba. Volvieron a la tienda para devolverlo y estaba vacía. Ni siquiera quedaban las fotos de Elvis. Le preguntaron al vendedor que había pasado y este respondió que le habían robado a punta de pistola y no recordaba nada más.
El vendedor estaba triste y asustado porque se había quedado sin dinero y se iba a la miseria.
Cuando los dos hermanos llegaron a casa, seguían preocupados por el pobre vendedor.
A Rufino se le ocurrió hacer un concierto para recaudar dinero, y poder ayudar al vendedor.
Esa misma tarde fueron a la tienda y se lo comentaron al dueño.
Al dueño le pareció buena idea y Filiberto estaba preocupado y les dijo:
-Tenemos un problema. No sabemos ni donde, ni cuando hacerlo.
El vendedor respondió:
-En realidad si tenemos donde hacerlo. Cerca de la tienda estaba organizado un festival para el homenajear a Elvis Presley podemos utilizar ese local.
